La Plaza de San Francisco ha sido testigo de las largas colas de cofrades que se dieron cita durante todos los días de Semana Santa, para acceder a la Capilla de la Hermandad para contemplar y venerar al Señor de la Puente y la Virgen de la Paloma, que permanecieron expuestos en el altar extraordinario dispuesto, tomando mayor protagonismo la escenificación del grupo de misterio de La Puente.

Conocido en el mes de diciembre que este año tampoco se podría efectuar la Salida procesional, a consecuencia de la crisis sanitaria, la Hermandad se planteó realizar algún acto alternativo para los días de Semana Santa. De este modo, la Junta de Gobierno descartó desde primer momento la entronización de las imágenes y montaje de los tronos procesionales, pues entendía que no era necesario ya que no había procesión al uso. Por tanto se decidió exponer a los Sagrados Titulares en la capilla, dando mayor protagonismo a la escenificación del misterio de la pasión del Señor que representa nuestra Cofradía, y que se concreta en el paso de Jesús por el torrente Cedrón para ser conducido a Jerusalén.

La propuesta planteada por el grupo de albaceas, tenía un claro objetivo y justificación: mostrar el misterio de La Puente en los días de Semana Santa, dando sentido a lo que en esos días se celebra y rememora, que es la pasión, muerte y resurrección del Señor.

Una vez acordada la propuesta, se comenzó a trabajar en ella diseñando el montaje extraordinario para la veneración a los Sagrados Titulares en nuestra capilla. Altar extraordinario que se presentaba con la Stma. Virgen de la Paloma en su camarín del altar principal de la capilla, ataviada de Miércoles Santo -como si se tratara de la salida procesional-, exornada por un numeroso grupo de candeleros con la cera encendida, ofreciendo una tonalidad de luz similar a la que ofrece la cera bajo el palio. Por su parte, el grupo de misterio de Nuestro Padre Jesús de la Puente del Cedrón era situado en el centro del templo protagonizando en primera línea la veneración. El misterio se presentaba completo y sobre el puente que da nombre a la advocación cristífera de la Hermandad, formado por la imagen del Señor acompañada de las figuras secundarias; el popular sayón “berruguita” y el soldado romano. El conjunto del grupo de misterio figuraba sobre una pequeña tarima, ofreciendo una estampa única y excepcional, en la que las imágenes quedaban presentadas de forma transversal al ojo del puente, tal y como se concibió en origen este grupo de misterio y cuya disposición permaneció procesionado de este modo hasta 1943. Sin duda, nos ofrecía una estampa singular, distinta a la que estamos acostumbrados. El Señor de la Puente lucía la histórica túnica bordada con hilos de oro del siglo XVII y a los bordes del puente un grupo de luces con guardabrisas remataban el conjunto.

Así pues, desde el Viernes de Dolores hasta el Sábado Santo a mediodía, decenas de miles de hermanos, cofrades y malagueños pudieron contemplar este altar extraordinario de veneración. Para ello se dispuso un grupo de hermanos voluntarios para controlar los aforos y cumplimiento de medidas sanitarias. Público en general que acudió en estos días, y que de forma paciente y ordenada aguardaba la larga cola para acceder al templo. Así mismo cabe destacar el ejemplar comportamiento de éstos, que respetaron en todo momento las medidas dispuestas e indicaciones dadas por la Cofradía.