Domingo V del Tiempo de Cuaresma
En nuestro camino de conversión cuaresmal, estamos ya a las puertas de la Semana Santa, que iniciaremos el domingo que viene, Domingo de Ramos y vamos dejando atrás todo lo que nos aparta de Dios y que lleva el sello de la muerte, para comenzar a vivir como resucitados en Cristo, e ir renaciendo a la vida del Espíritu, y alcanzar así la vida eterna.
En la Primera Lectura, el profeta Ezequiel nos dice que debemos tener una firme confianza en Dios, porque lo que promete siempre lo cumple y quiere darnos la esperanza de una vida nueva.
San Pablo, en la Segunda Lectura, nos dice que nos dejemos guiar por la acción santificadora del Espíritu Santo. Cristo Resucitado está entre nosotros.
En el Evangelio, Juan nos narra la resurrección de Lázaro, personaje prominente de Betania, en cuya casa Jesús descansaba con frecuencia y lo hizo en los días anteriores a la Pasión que ya se acerca, Jesús nos va a mostrar que es resurrección y vida. Y es notable comprobar los sentimientos de dolor de Jesús por la muerte de un amigo. Como no podía ser de otra forma.
Pero no olvidemos lo que Jesús le dijo a Marta, y nos dice a nosotros hoy: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida ¿Crees esto?» Sólo el que tenga un corazón que confía en Dios, podrá experimentar la alegría de la resurrección.
Pidamos a nuestra Madre de la Paloma, que nos ayude a vencer el miedo, en estos momentos de tempestad, de miedo, y que cada día se refuerce nuestra confianza en Dios, porque es de quien viene la salvación y la ayuda.